Cómo proteger tus obras en Instagram
Cada cierto tiempo, se destaca una red social o plataforma que aglutina usuarios y obliga a los artistas a incorporarse para tener la visibilidad que puede que le dé de comer. Hoy son Instagram y Twitter, porque creo que Tumblr ya… Pero mañana quién sabe.
Ya sea en plan profesional o como hobby, el caso es que se suben cantidad de obras cada día, y, como todos sabemos, lo que está en internet, es gratis, ¿verdad?
La verdad es que no es así, pero la práctica puede llevarte a pensar que es el precio a pagar por darte a conocer y que no puedes hacer nada al respecto.
Pues para que no caigas en ese falso mito y en la desolación, te traigo a ti, artista, 5 claves para proteger tus obras en Instagram:
1. Fírmala
Hay entornos profesionales, como el editorial o el publicitario, donde está directamente prohibido, y encargos que obligan a dejarlo fuera.
Pero en redes sociales, lo mejor es dejar una marca que indique tu autoría, porque:
- A los demás les será más fácil encontrar más obras tuyas (y encargarte cositas)
- Y en caso de infracción tienes una prueba que te dará fuerza.
Mi preferencia es firmar con el nombre (con cierto estilo, pero que sea legible).
También puedes poner un logo o un detalle recurrente.
Peter Arno o Andre Carrilho son dos buenos ejemplos a imitar.
2. Evita subir el archivo tal cual y en alta calidad
Esto es especialmente útil para evitar calcos por otros artistas e impresiones en serie en merchandising por parte de ávidos comerciantes. Seguro que conoces plataformas como Printful, Printify o Redbubble, donde puedes vender tu arte incorporado a cualquier tipo de soporte. Bueno, pues hay empresarios pirata que hacen lo mismo, pero sin tu permiso. Un portfolio con archivos limpios es una mina para ellos…
Para impedírselo, puedes:
- Imprimirla y hacerle una foto con cierta perspectiva (como hace Lawerta) o metiéndole un poco de efecto gaussiano o desenfoque.
- También puedes aparecer sujetándola tú (lo que refuerza aún más la identificación del autor)
- O hacer un video de la versión impresa o del proceso de creación (como hace Keron Grant)
3. Súbela a plataformas que ya tengan Medidas de protección tecnológica:
Instagram ya impide que hagas botón derecho copiar imagen. Es cierto que puedes hacer un pantallazo y editar, pero la baja calidad ya te quita a unos cuantos copiones de encima.
4. Regístralas ante el Registro de la Propiedad Intelectual.
Suele ser muy barato y rápido (prácticamente te lo hacen en el momento o tardan un par de días) y es especialmente efectivo en reclamaciones en redes sociales, porque ya tienes un título.
Eso sí, yo lo recomiendo para una selección de obras (no todas, y, desde luego, no las que no están acabadas)
5. Apóyate en entidades de gestión colectiva
En el caso de músicos y compositores, además es muy bueno registrar ante la SGAE o cualquier otra entidad de gestión colectiva.
En España, además del spin off de la SGAE (DAMA), tenemos:
- CEDRO (para autores y editores de obras impresas)
- VEGAP (para diseñadores gráficos, creadores visuales, fotógrafos, etc.)
- AIE (para intérpretes musicales)
- AGEDI (para productores de fonogramas)
- AISGE (para actores y dobladores)
- EGEDA (para productores Audiovisuales)
Además de darte un documento que te sirve para probar la autoría, te puede ir llegando un dinerito, cuando menos te lo esperas. Pablo Vera bien lo sabe… (y nos lo contó en este Live).
Pero, ¡ojo!, cualquiera de estos registros no cambia la realidad. Si lo has copiado, pero te has inscrito como autor original, basta que el auténtico emerja y lo pruebe para que todo se venga abajo (y te toque comerte, además, acciones legales).
Además de éstas, está, por supuesto, el propio procedimiento de denuncia por infracción de derecho de autor que tiene Instagram.
Bueno es que esté y que te familiarices con él, pero mejor es aún que no te veas obligado a pulsar el botón rojo gracias a estas medidas.